viernes, 15 de enero de 2010

Tengo apenas unos minutos para hundirme en mi pecho, cerrar los ojos y entregarme al ritual de las palabras, pienso en ti y escribo unas líneas...


Creo que hay almas en que se depositó una honda tristeza, que por vieja, a veces se vuelve retorcida y se afila, pero que también sabe dar consejos que muestran la realidad de la existencia sin las sombras del ego.
Quizás sea una forma poética de asumir la propia pena y esa tendencia al caos que uno descubre a medida que pasan los años y gana en observar a cuantos le rodean, pero uno percibe el mundo y lo interpreta y yo creo y defiendo a los que pastorean silenciosos y se alzan a vivir con las entrañas al descubierto.
Desde este espacio místico que se me declara como único lugar posible de calma, quiero decir que me alegro de que en estas soledades, en estos silencios, haya podido encontrarme con otras luces encendidas al mundo, desarrapados, excéntricos y magos que, con unas gotas de locura, no se apartan de sus pasos por seguir los de nadie y brillan aunque subyazca la vieja tristeza con sus ínfulas de nostalgia.

Pedro Almaida Pagán


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