martes, 20 de mayo de 2008

EL ÉXITO


EL ÉXITO

El éxito no siempre tiene que ver con lo que mucha gente ordinariamente se imagina.

No se debe a los títulos que tienes, sean de nobleza o académicos, ni a la sangre heredada, o a la escuela donde estudiaste.
No se debe a las dimensiones de tu casa, o cuantos autos caben en tu garaje, o si son último modelo.
No se trata de si eres jefe o subordinado, o si escalaste la siguiente posición en tu organización, o estás en la ignorada base de la misma.
No se trata de si eres miembro prominente de clubes sociales o si sales en las páginas de los periódicos.
No tiene que ver con el poder que ejerces, o si eres buen administrados, si hablas bonito, si las luces te siguen cuando lo haces, o si eres religioso o no.
No es la tecnología que empleas, por brillante y avanzada que esta sea.
No se debe a la ropa que usas o si gozas de un tiempo compartido, si vas con regularidad a la frontera, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu “status”, para el espejo social.
No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo…

EL ÉXITO

Se debe a cuanta gente te sonríe, y a cuanta gente amas y cuantos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu. Se trata de si te recuerdan cuando te vas.

Se refiere a cuánta gente ayudas, y a cuanta gente evitas dañar y si guardas o no rencor en tu corazón. Se trata de si en tus triunfos incluiste siempre tus sueños. De si no fincaste tu éxito en la desdicha ajena y de si tus logros no hieren a tus semejantes.

Es acerca de tu inclusión con los otros, no de tu control sobre los demás; de tu apertura hacia los demás, y no de la simulación para con ellos.

sábado, 17 de mayo de 2008

lunes, 12 de mayo de 2008

En busca del optimismo


Un antiguo proverbio danés dice que el firmamento no es menos azul porque las nubes nos lo oculten o los ciegos no lo vean.


Lo que los seres humanos realmente necesitan no es vivir sin tensiones. Lo que precisan es sentir y responder con energía a la llamada de ese algo que les está esperando para poder realizarse.


El optimismo es como una profecía que se cumple por sí misma. Las personas optimistas presagian que alcanzarán lo que desean, perseveran, y la gente responde bien a su entusiasmo. Esta actitud les da ventaja en el campo de la salud, del amor, del trabajo y del juego, lo que a su vez revalida su predicción optimista.
SUSAN C. VAUGHAN,
La psicología del optimismo (2000)

domingo, 4 de mayo de 2008