sábado, 23 de enero de 2010

OFRENDA

Oxaca se llenó de Altares. Los Altares están llenos de flores y de frutas. Las calles olían a chocolate caliente y quesillo. Había niños, globos, y sobre todas las cosas, un gran mundo de color.
1 de Noviembre de 1999. De Oxaca me traje la idea de una canción. Una Ofrenda para regresar lo que se ha ido. Un altar en el que poner lo que no está para que vuelva lo que se fue.
Pueden volver las personas, pero también esta Ofrenda quiere que regresen las cosas que ya no son como eran, las actitudes y valores perdidos, el mundo al alcance de todos.
Una Ofrenda que frente a lo sucedido después de la Torre de Babel encuentre vias para el respeto y el entendimiento, una Ofrenda que devulva la tierra y las condiciones de vida digna a los pueblos indígenas, una Ofrenda que permita el libre tránsito de las personas por el planeta tierra que es nuestro y de todos, una Ofrenda contra el miedo, una Ofrenda que nos acerque en nuestras relaciones y nos ayude a vernos en nosotros mismos y en los demás, a nosotros y a los demás, una Ofrenda que de voz a los sin voz, una Ofrenda que nos recuerde que los niños no deben vivir en la calle y que ninguna persona es mejor que otra, da igual el color de su piel, el sexo o el lugar del que vengan, una Ofrenda que nos recuerde que todavía somos seres humanos hechos de huesos, vísceras y piel, una Ofrenda que nos recuerde que somos algo más que un número y aunque se empeñe quien se empeñe en demostrar lo contrario, no tenemos precio.

Pedro Guerra