Terminé mis estudios en el instituto, con sonidos de perros ladrando. Me preparé dos años consecutivos la selectividad, con perros ladrando. Y los exámenes de 1º de Relaciones Laborales y los de Magisterio, y también dos oposiciones a Maestro. Y estoy harto. Estoy hasta la mismísima coronilla. No se pueden imaginar lo que para un Hipoacúsico profundo significa esto, pero pueden imaginarse lo que significa para una persona que escucha y oye por los dos oidos.
Sólo necesito un tapón de cera para aislarme de esta incesante lucha por la paz acústica de la que todos somos merecedores. Solamente algunos somos testigos, pero no importa.
Escritos al Ayuntamiento, reuniones con Alcaldes. Da igual, seguro que hay un trocito de tierra más importante que recalificar..... Basta Ya de crespones negros, rosas, verdes, azules, rojos, blancos...
Hoy cuelgo en la red este crespón amarillo, cansado y sin miedo a que nadie me escuche.
Que alguien haga algo ya y ponga remedio a todo esto. No estoy dispuesto a vivir con un tapón de cera rosa el resto de mi vida, ni aguantar el mal humor con que a veces me levanto o me acuesto.
Más allá del poder y de la muerte hay pequeñas cosas insignificantes para unos que hacen el día a día insufrible para otros.
Atentamente David Vicente Vicente
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