Paseo por Córdoba

- Dentro de muy poco hará un año.

- ¿un año de qué?.
- Un año, o falta muy poco, que estuvimos en Córdoba por 80 lereles.
-Ostia, no me acordaba... pero de los 80 sí... ...y van viniendo los recuerdos. Y me acuerdo de las manolas por las calles, y de los copones esos de vino con pinchito...
-Y del salmorejo, ¿te acuerdas del salmorejo?
- Joe si me acuerdo, y de las gitanas y sus romeros, y de la lluvia mojándonos los pies y lo bien que nos vino el paraguas... ¿y de la niebla de incienso en la iglesia subterranea, te acuerdas?.

-Claro que si, cantaban las monjas de clausura dos callejuelas más abajo y unos chavalillos nos preguntaban por porros. Que contraste, ¿verdad?

-Pues sí, porque lo mismo te llovía que salía un sol que quitaba el sentio. Entonces buscabas un trozo de cesped pa ponerte morenito y secar un poco la ropa. - Menudas caderas, las de la cordobesa que abría su casa que daba a un gran parque-.

El Jueves Santo tiene lugar en Córdoba uno de los desfiles más esperados, aunque para ellos todos sean importantes. Se trata de dos imágenes: una virgen y un cristo. -Córdoba es increible y está llena de rincones que la hacen única-. La venerada imagen del cristo es hueca y en su interior trajeron grandes cantidades de oro desde América. Arte sacro utilizado para el contrabando de "oro del perú". Todos los años la legión acompaña en este día tan especial a María y a su hijo. Desembarcan en Córdoba desde hace no sé cuanto, y participan de esa locura que es Córdoba y que no te deja indiferente.

La ciudad está llena de bares y de tiendas, puedes pasear tirado de caballos o recorrer el centro montado en un púlpito con ruedas de última generación. Pero sobre todo, Córdoba está llena de cuentos, de leyendas y de historias. Como esta que me traje, y que te cuento yo ahora. La de que por 80 euros viajas, te mueves y te sientes como en casa.