miércoles, 13 de febrero de 2008

Paseo por las nubes













En el país de las runas y las hadas, en la tierra donde se pueden oler mil olores y luego comprarlos; entre Asturias y Cantabria; donde una chancla de murcia flota en el rio Sella; allí dormí las mejores noches del verano del coche-quechua-chica.

En 8 días de oro recorrí siglos de historia, pisando alguna que otra mierda y bebiendo alguna que otra sidra. Pero es que: está tan rica... y es tan barata, que se nos olvidó nuestra estrella de levante -levante una estrella-. Y levantar levantar, se levantaron algunas botellas que se escarciaban de maravilla, otras viajaron de regreso hasta murcia con nosotros.

Y esta vez no voy a hablar de lo barato del camping-gas y del supermercado, pero si apuntaré que sólo hay un decathlon y que está en Gijón (por si se os pincha el colchón o se os rompe la quechua). Lo sé porque por aquellos días actuaba con su orquesta de bodas y funerales el archiconocido Goran Bregovick. Acostumbrado a ser el cantautor en las cintas de Emir Kusturica, convirtió la noche en la playa de poniente en una de sus películas.

Llovió y nos mojamos, como siempre te mojas cuando andas por las nubes.Pero tuvimos suerte y coincidimos con el buen tiempo, que nos regaló cielos despejados a más de 2000 metros. Y para respirar aire puro y ahorrarnos cuatro euros descendimos 13000 metros de camino, para encontrarnos con vacas, fuentes, burros y más tarde tiendas de souvenir-s-eswww.merchandeFernandoAlonso.com.













En la comarca de Liébana, en Potes capital, encontramos una identidad arquitectónica peculiar, un escenario medievo del siglo IX libre de atrezzo. Una mezcla de piedra vieja y de gente que vive fuera y ama a su tierra. Escucharlos es casi un ritual. Cuenta con 1490 habitantes y te dan ganas de ser el 1491, quedarte allí en uno de sus cortijos de 18000 euros e ir de souvenir-s-es tres o cuatro veces al año.















Señalando en el mapa nuestro próximo destino y conversando con un GPS tonto que a veces no se entera, llegamos al concejo de Ribadesella. Vaya río, vaya ría, menuda la cajera del camping (reina del super), iba hecha toda una etarra. Y yo no tengo nada en contra de las "etarras por p
rejuicios", y más si tienen esos ojos y te miran así... ...pero de las Vascongadas me ocuaparé en otro momento.

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